El aprendizaje de un idioma extranjero, lo sabemos, tiene muchos beneficios, pero seguro que no sabías hasta qué punto también te puede ayudar en tu vida personal y mejorar tu salud mental.
Que aprendas idiomas para seguir una carrera específica, para mejorar tu situación laboral o simplemente para viajar, tienes que saber que aprender un idioma extranjero mejora tu salud mental.
Primero, como cualquier aprendizaje, el aprendizaje de un idioma extranjero mejora tu autoestima. Superando retos y mejorando en el dominio de otro idioma, te sientes más capaz y eficaz y podrás plantearte otros retos que ya no te darán tanto miedo.
Por otro lado, el hecho de hablar varios idiomas obliga a nuestro cerebro a ser más potente a la hora de elegir uno u otro idioma. En efecto, la gente que habla dos o más idiomas tiene mejores habilidades cognitivas. Por ejemplo, pasa más fácilmente de una tarea a otra en el trabajo y gestionan los conflictos de manera más eficiente. Se concentran mejor y tienen más memoria que las personas que hablan un solo idioma.
En otras palabras, los adultos que hablan varios idiomas tienen un mejor rendimiento en los ámbitos académicos, sociales y profesionales.
También, se ha demostrado científicamente que, en edades más avanzadas, la práctica de varios idiomas retrasa la demencia gracias al esfuerzo cerebral que supone, pero también porque un cerebro bilingüe es más capaz de gestionar los cambios que provoca la demencia. La memoria a corto y largo plazo es mejor en las personas bilingües y no solo cuando lo eres desde la infancia. Los estudios demuestran que estudiar de forma aplicada ayuda contra la demencia sin importar la edad con la que se inicie el aprendizaje.
Otro aspecto importante del aprendizaje de idiomas es que permite luchar contra la tristeza y la depresión leve. El aprendizaje necesita un estado de consciencia plena durante el cual el alumno está totalmente concentrado en el momento y tarea en proceso. Este estado permite bloquear e ignorar los otros pensamientos, en este caso negativos que nos puedan invadir a veces.
Aparte de la concentración, el aprendizaje también supone establecer objetivos cuyo alcance aporta confianza y satisfacción para poder luchar contra los pensamientos negativos.
Por otra parte, aprender idiomas, por su vocación comunicativa, amplia el círculo social y nos hace salir de nuestra zona de confort para abrirnos más al otro. Este interés hacia los demás y otras culturas, también demuestra una mentalidad abierta. El aislamiento es malo para la salud mental. Aprender un idioma facilita la interacción con el mundo que nos rodea, abre nuevos grupos sociales y culturales a la vez que permite establecer relaciones con los otros.
¡Así que si no aprendes un idioma para superar tus estudios o mejorar en el trabajo, hazlo para tu cerebro, ya que te sorprenderán todos los beneficios que conlleva!
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